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¿Es el yogur capaz de extinguirlo todo?

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Mientras la industria láctea distrae a los consumidores ofreciendo por responsabilidad social fuertes campañas de marketing, que devienen en la venta masiva de productos desastrosos para la salud, expande su negocio en dirección opuesta a la sustentabilidad.

  • Las vacas son fábrica biológica de gases de efecto invernadero, debido a su complicado proceso digestivo.
  • El ganado vacuno es un producto humano que imposibilita la naturaleza autóctona.
  • La pérdida de biodiversidad es responsable de la aparición de nuevas pandemias como covid-19.
  • Las 13 corporaciones lácteas más grandes del mundo emitieron tantos gases y sustancias contaminantes como una de las 25 compañías petrolera más grandes del mundo.

Las vacas de cría intensiva se han vuelto sinónimo de contaminación, deforestación y cambio climático. Hacinadas en corrales de engorde son alimentadas con granos que provienen de extensos monocultivos. Los tambos industriales contaminan los cuerpos de agua, por ejemplo: arroyos, napas freáticas y ríos. Y a la vez los rumiantes son fábrica biológica de gases de efecto invernadero: debido a su complicado proceso digestivo, donde cada tres minutos la vaca eructa por la nariz enormes cantidades de metano, y a la vez cuando el excremento y el orín del animal entran en contacto con el suelo generan óxido nitroso. Ambos serán gases invisibles, pero en la atmósfera atrapan el calor del sol y evitan que los rayos salgan al espacio exterior. No hay manera de que esos gases puedan ser reabsorbidos por la naturaleza.

El ganado vacuno es un producto humano que se han dedicado a calentar la tierra y extinguir las posiblidades de la naturaleza autóctona. Ya sea porque transmiten enfermedades que fulminan a los animales locales, o porque los granjeros limpian con fuego enormes cantidades de bosques o pastizales, que son las casas de otros bichos, para poner vacas. Quienes se interpongan en su camino, como los pumas, reciben por respuesta un balazo, trampas, veneno o una jauría de perros.

Al sacar piezas de los ecosistemas estamos también operando en contra de los elementos fundamentales que necesitamos nosotros, los humanos, para la vida: el agua, el suelo, el aire.

Marina Aizen / Bocado

Un millón de especies están en riesgo de desaparecer de la lista de la vida. ¿Están los yogures colaborando con la sexta extinción masiva? Sí, y de un modo muy directo. La pérdida de biodiversidad es responsable de la aparición de nuevas pandemias como covid-19.

Ordeñando al planeta

Con los eructos, heces y orines de las vacas, las emisiones de metano y de óxido nitroso han marcado un récord en 2020. Según un informe del Institute for Agriculture and Trade Policy (IATP), las 13 corporaciones lácteas más grandes del mundo emitieron tantos gases y sustancias contaminantes como la compañía petrolera multinacional Conoco Phillips, que está entre las 25 más grandes del mundo. La industria láctea sabe que tiene un problema estratégico con las emisiones. Porque siguen aumentando, al revés de lo establecido por el  Acuerdo de París (2015), que busca un mundo de cero emisiones para 2050. En lugar de disminuir, sus emisiones aumentaron un 11% en el último registro, y la cifra real sin dudas es mayor porque el dato es 2017. Danone, una de las tres empresas lácteas más grandes del mundo, tiene en su logo el eslogan “Un planeta, una salud”. Dice ser una compañía que se propone disminuir la huella de emisiones pero, si atendemos a su discurso con precisión, no habla de emisiones totales de su empresa sino de bajar la intensidad de emisiones, es decir, de la cantidad de gases que se disparan a la atmósfera por kilo de leche producido. Esto puede ser un truco de contabilidad, porque aún bajando la intensidad de emisión por vaca, si la producción sigue aumentando el resultado nunca será cero. Por tanto, la industria tiene una responsabilidad importante en el problema climático. Falla en su supuesta “responsabilidad social empresarial” con el medio ambiente. En sistemas más pequeños, aquellos en los cuales las vacas están integradas a procesos de rotación de pasturas -que permiten el secuestro y almacenamiento de carbono en los suelos-, es posible una lechería ambientalmente más correcta. Pero, claro, esa lechería jamás podría sostener recomendaciones de tres lácteos por día para toda la humanidad, como necesita la industria.

Desde Come Con Ciencia te invitamos a reducir tu consumo de productos lácteos y cárnicos, cambiando hacia una alimentación mayormente basada en alimentos y bebidas vegetales. De esta manera podríamos frenar el cambio climático y prevenir futuras enfermedades zoonóticas.

¡Elige un futuro sostenible!: por tu salud y por el planeta, inicia un plato a la vez.

Referencias

Sharma, Shefali. (2020). Milking the Planet. Julio 15, 2021, de Institute for Agriculture and Trade Policy Sitio web: https://www.iatp.org/milking-planet

Fuente Original

Aizen, Marina. (2020). El yogur, esa cosa capaz de extinguirlo todo. Julio 9, 2021, de Pie de Página Sitio web: https://piedepagina.mx/el-yogur-esa-cosa-capaz-de-extinguirlo-todo/

Por Emma Luna y Gemma Parra, editoras de Come Con Ciencia.

Gemma Parra
Gemma Parra
Gemma es Editora de Come Con Ciencia. Ha participado, desde hace 6 años, en otras ONGs realizando actividades similares. Actualmente es estudiante del Doctorado en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Guanajuato, egresada del Tec de Monterrey de la carrera de Ingeniería Biomédica.