La doctora en biología molecular por la Universidad de Bristol, Justine Butler, comparte lo indispensable que es difundir la importancia de la vitamina K. La vitamina K se identificó por primera vez en la década de 1930, cuando se demostró que es esencial para la coagulación sanguínea. La letra K se deriva de la palabra alemana koagulation . La vitamina K incide en la cicatrización de heridas, si la sangre no coagula cuando una persona se lastima, podría sangrar hasta la muerte. La vitamina K también es crucial para mantener los huesos sanos y fuertes, ya que se ha encontrado que niveles bajos de vitamina K, incrementan el riesgo de desarrollar osteoporosis y artritis.
La Dra. Butler comenta que los bebés nacen con niveles bajos de vitamina K, pero es una cantidad suficiente para evitar problemas. Sin embargo, algunos bebés alcanzan niveles críticos de vitamina K y desarrollan el padecimiento antes conocida como «la enfermedad hemorrágica del recién nacido». Aunque grave, es una enfermedad poco frecuente, que ocurre en aproximadamente uno de cada 10.000 bebés. A pesar de esta baja cifra, los profesionales de la salud recomiendan que todos los recién nacidos reciban una dosis de vitamina K, mediante una inyección o por vía oral.
Muchos sabemos que la vitamina D contribuye a la buena salud de los huesos, ya que nos ayuda a absorber el calcio. De igual manera, los estudios muestran que la vitamina K también puede ayudar a aumentar la densidad mineral ósea, y a reducir el riesgo de fractura. Sin embargo, se necesitan más estudios para confirmar el papel de la vitamina K en la salud ósea.
Hay dos tipos de vitamina K, se conocen como vitamina K1 y K2. La vitamina K1 se encuentra en las hojas verdes y algunos otros vegetales. Mientras que la vitamina K2 se encuentra, en pequeñas cantidades, en los alimentos de origen animal. Pero la vitamina K2, también es producida por bacterias que convierten la vitamina K1, obtenida de las plantas, en vitamina K2. Las bacterias en nuestro intestino realizan una función de conversión similar. Un buen ejemplo de estas bacterias, es la bacteria natto subtilis Bacillus. La cual utilizada en Japón para fermentar frijoles de soya, y producir natto, el cual alcanza un contenido muy alto de vitamina K2 (alrededor de 1000 microgramos por cada 100 gramos). Otros alimentos como la carne, cereales y productos lácteos contienen cantidades mucho menores de vitamina K2.
La dosis mínima recomendada, para un adulto, indica que se debe consumir un microgramo de vitamina K al día, por cada kilogramo de peso corporal. Es decir, una persona que pesa 70 kilogramos, necesita 70 microgramos al día de vitamina K. Este patrón se basa en el mantenimiento de la coagulación sanguínea, y lamentablemente, no tiene en cuenta el requisito mínimo para mantener la salud ósea y otros beneficios para el cuerpo. Así que, si comes muchas verduras verdes, seguro consumirás más vitamina K que la dosis mínima recomendada.
La disminución en la ingesta de vitamina K, se atribuye a la disminución del consumo de vegetales de hoja verde, la mejor fuente de vitamina K. Entre vegetales se encuentran: col de bruselas, col rizada, espinaca, repollo, berros, brócoli. Otros vegetales que también son excelentes fuentes de vitamina K: perejil, lechuga, espárragos, cilantro, judías verdes, guisantes, coliflor, mostaza y puerros. Existen algunos aceites vegetales, como aceite de soya y aceite de colza, que también son una rica fuente. La vitamina K es una vitamina soluble en grasa, por lo que la combinación de vegetales de hojas verdes con un poco de aceite de soja o colza, podría ayudar a absorberla mejor. La vitamina K es muy resistente y puede soportar tanto la cocción como el congelamiento de alimentos sin presentar grandes pérdidas.
No hay necesidad de tomar suplementos de vitamina K, si se sigue una alimentación basada en plantas balanceada. Si se consumen regularmente los alimentos antes mencionados, se cubrirán las necesidades nutricionales. Al consumir suplementos de vitamina K, es importante no exceder la dosis recomendada. Un miligramo (1000 microgramos) o menos al día de suplementos de vitamina K, es poco probable que cause algún daño a la salud. Si una persona consume medicamentos relacionados con la coagulación de la snagre, debe hablar con su médico antes de tomar suplementos de vitamina K, para evitar que se interfiera con el tratamiento.
Los signos de deficiencia de vitamina K se observan en la coagulación de la sangre (fácil formación de moretones y sangrado prolongado), aumento en la fragilidad ósea y presencia constante de infecciones. La deficiencia de vitamina K es muy rara, generalmente solo se presenta en personas con daño grave hepático o con enfermedades del sistema digestivo. Se ha observado que las personas que toman antibióticos por períodos prolongados, puede experimentar una falta de vitamina K. La razón es que los antibióticos alteran la microbióta intestinal, es decir, afectan a esas bacterias buenas que producen la vitamina K2.
Comer una dieta basada en plantas bien balanceada es clave para la prevención de muchas enfermedades crónico degenerativas. A medida que se descubre más acerca de cómo las vitaminas y minerales trabajan juntos, hay más razones para comer una dieta sana y equilibrada, incluyendo una amplia variedad de frutas y hortalizas frescas.
Justine Butle (2018). Can You Get Enough Vitamin K On A Vegan Diet?. Plant Based News en sitio Web: https://www.plantbasednews.org/post/get-enough-vitamin-k-vegan-diet