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La acuicultura es el conjunto de actividades, técnicas y conocimientos de crianza de especies acuáticas. Se trata de una fuente importante de suministro mundial de alimento, sin embargo, también posee un significativo impacto ambiental en detrimento de los ecosistemas.

La acuicultura o acuacultura es el cultivo de organismos acuáticos como son peces, moluscos, crustáceos y plantas acuáticas1. Tiene múltiples usos que van desde la pesca deportiva y comercial, la protección de alguna especie amenazada,  hasta la cosecha de alguna especie con valor comercial en estanques o en aguas costeras2. Básicamente es una extensión de la agricultura, pero trabajando y cosechando los productos del agua en lugar de la tierra. Se trata de una fuente importante de suministro mundial de alimento que se ha incrementado en gran medida a partir de la segunda mitad del siglo XX; en particular, durante las dos últimas décadas en las que ha crecido aproximadamente  un 10% a nivel internacional2.

Impacto ambiental

Hoy en día, la sociedad posee un enfoque más reflexivo sobre la salud del medioambiente, así como mayor conocimiento acerca de los ecosistemas marinos y sus interrelaciones, dentro del contexto del cambio climático. Además, la acuicultura ha sido promovida como una oportunidad de fortalecimiento de la viabilidad económica de las regiones costeras con menor desarrollo3. Esto ha sido posible gracias a la creación de empleo para los jóvenes y generando ingresos para las mujeres y mejorando el acceso a los alimentos. Sin embargo, dependiendo de la intensidad de la producción, la ubicación de las granjas o las especies que se cosechan podría haber consecuencias significativas en el ambiente. Principalmente, en la acumulación de nutrientes y efluentes, en la degradación de las reservas silvestres de peces debido a enfermedades y en la diseminación de las granjas de peces por su ubicación. Cabe señalar que los desechos que producen los peces se acumulan y tienen el potencial de reducir la disponibilidad de oxígeno en el agua,  facilitando el crecimiento de algas y zonas muertas. Incluso, el uso ilimitado de antibióticos por parte de la industria ha incrementado la alerta sobre los efectos de dichos fármacos en el ecosistema que rodea a las jaulas o contenedores de las granjas, así como también en las especies silvestres de peces.

Uso del agua

La cantidad de agua que requiere un sistema de acuicultura depende de diversos factores que incluyen la calidad del abastecimiento del agua, la tolerancia de la especie del cultivo y el tipo de sistema de acuicultura4,5. En general, un incremento en la producción resulta en un mayor uso de agua para mantener la calidad de la misma. Aunque, en teoría, la acuicultura de agua dulce puede tomar el agua de casi cualquier fase del ciclo hidrológico,  en la práctica se utilizan comúnmente las aguas dulces superficiales, que constituyen 0.3% de los recursos hídricos del planeta. La mayor parte se toma directamente de los flujos de agua, aunque algunos de ellos puede que ya se utilicen para la irrigación. Los recursos hídricos subterráneos son considerablemente más abundantes, pero menos empleados que las aguas superficiales en una escala global4.

La demanda de agua en la acuicultura, en especial en las regiones más áridas, puede llevar al uso extremo de los mantos acuíferos subterráneos. La remoción excesiva de agua de origen subterráneo origina salinización y una disminución en la disponibilidad de agua dulce. Una posible estrategia para cubrir la demanda de agua para acuicultura sería utilizar el agua para la irrigación antes de que sea empleada para la  tierra4,6.

En el agua usada en la acuicultura pueden haber sustancias tóxicas disueltas o asentadas como sólidos. Algunos de estos tóxicos serían fertilizantes, ácidos, alcalinos,  metales pesados de origen doméstico, industrial y minero, así como también hidrocarburos clorados y pesticidas organofosforados usados para proteger los cultivos agrícolas, el amoniaco de aguas residuales e industriales y desechos orgánicos mutagénicos y tóxicos carcinogénicos7. Es posible que estos desechos sean absorbidos y concentrados en organismos o también degradados o transformados dependiendo de la estructura química del medio. Los seres humanos pueden estar expuestos a cantidades dañinas de toxinas al beber agua contaminada o al consumir pescado u otro organismo acuático, los cuales han acumulado toxinas a lo largo de la cadena alimenticia7.

Acuicultura integrada

Los cultivos de acuicultura tienen tanto efectos positivos como negativos en el medioambiente. El hábitat natural y los organismos que viven en él se pueden ver afectados en gran medida, así como también la salud humana. Por otro lado, la acuicultura integrada permite emplear los desechos en tierra marginal para hacerlas más productivas al convertir los residuos vegetales y animales en proteína de pescado de calidad, cuando se enriquece el lodo de estanque para su uso como fertilizante, y para mejorar la calidad del suelo en la tierra de cultivo. Los efectos en el ambiente que puede tener la acuicultura dependen de la intensidad del sistema. Si bien la acuicultura es de interés socioeconómico, sus implicaciones son considerables en términos del uso de los recursos hídricos. La integración de la acuicultura con otras actividades demuestra ser uno de los medios de desarrollo más efectivos. Esto permite compartir el agua, además de mejorar su valor lo suficiente para permitir la inversión en un mejor suministro o tratamiento de agua, siendo la disponibilidad del agua uno de los aspectos más importantes.

Si bien la acuicultura se aprecia como una fuente mundial de proteína animal, sin las regulaciones adecuadas y buenas prácticas de producción, la acuicultura es una fuente de toxicidad para los ecosistemas alrededor de las granjas, además de requerir una gran cantidad de agua dulce. Las dietas basadas en proteína vegetal son mejores para la salud del planeta, al requerir un menor uso del suelo y de recursos hídricos.

Referencias Bibliográficas

  1. Pullin, R.S.V. 1990. An overview of environmental issues in third world aquaculture development. Conference on environment and third world aquaculture development, Rockefeller Foundation, Bellagio, Italy, 17–22 September 1990.
  2. Lee, D. and Connelly, J. (2006). Global Aquaculture Alliance on best aquaculture practices: An industry prepares for sustainable growth. 7 Sustainable Dev. L. & Pol’y 60.
  3. Garza-Gil, M.D., M.X. Vázquez-Rodríguez, and M.M. Varela-Lafuente. (2016). Marine aquaculture and environment quality as perceived by Spanish consumers. The case of shellfish demand. Marine Policy, 2016. 74: p. 1-5. 
  4. Beveridge, M.C.M. and M.J. Phillips. (1990). Environmental impact of tropical inland aquaculture. Conference on environment and third world aquaculture development, Rockefeller Foundation, Bellagio, Italy, 17–22 September 1990. 
  5. Beveridge, M.C.M., Phillips, M.J and R.M. Clarke. (1990). A quantitative and qualitative assessment of wastes from aquatic animal production. In: Brune, D.E. and J.R. Tomasso (eds.) Aquaculture and water quality. The World Aquaculture Society. 
  6. Nyman, L. (1988). Eco-environmental aspects of integrating small-scale aquaculture with rural development programs in Southern Africa. Fisheries Development Series No. 24, 48 pp. 
  7. Symoens, J.J., Burgis, M. and J.J. Gaudet (eds.) (1981). The ecology and utilization of African inland waters. UNEP Reports and Proceedings Series 1.

Por Rodrigo Cerna Chávez, editor de Come Con Ciencia.

Gemma Parra
Gemma Parra
Gemma es Editora de Come Con Ciencia. Ha participado, desde hace 6 años, en otras ONGs realizando actividades similares. Actualmente es estudiante del Doctorado en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Guanajuato, egresada del Tec de Monterrey de la carrera de Ingeniería Biomédica.