La sobre-explotación de nuestros mares, con las repercusiones ambientales que esto conlleva, ni siquiera se realiza con el objetivo exclusivo de alimentar a la población humana en constante crecimiento. ¿A qué nos referimos? a que un gran consumidor de pescado en la tierra es el ganado. El 36% del total de la captura pesquera anual del mundo se transforma en harina de pescado y aceite de pescado para alimentar a peces, pollos y cerdos criados en granjas. A nivel mundial, los cerdos y los pollos consumen 6 veces la cantidad de pescados y mariscos que los consumidores estadounidenses y 2 veces la de los consumidores japoneses. La ONU estima que aproximadamente el 90% del pescado utilizado como alimento marino habrá desaparecido para el 2050.
“No deberíamos alimentar a los animales con el pescado apto para el consumo humano”.
Albert Tacon, investigador en la Universidad de Hawai (EE UU)
La parte aprovechable que se obtiene del pescado para la alimentación humana es solamente el 60% aproximado de su peso, ya que no se utilizan las cabezas, esqueletos, vísceras, escamas y aletas. Los desechos del pescado, es decir, el otro 40%, se utiliza para la elaboración de harina, aceite, gelatina y aprovechamiento de su piel en la fabricación de zapatos, carteras, cinturones, etc. Tanto la harina como el aceite de pescado se utilizan para suplementar la alimentación de animales criados en granjas: peces, cerdos y pollos. Es por eso que se dice que el 36% de la captura de pescado se destina a alimentar ganado, en lugar de alimentar personas.
¿La industria del pienso de pescado ha existido siempre?
No, desde hace unas décadas la industria pesquera decidió vender sus desechos y aquellos ejemplares considerados como «pescado basura» a la elaboración de pienso para animales, en lugar de venderlo a precios accesibles a las comunidades de escasos recursos. Por lo que resulta cuestionable que se realicen esfuerzos para suplementar la alimentación de algunos animales, pudiendo enfocar dichos recursos a la elaboración de alimentos saludables y sostenibles para los humanos, basados en harina y aceite de pescado.
La pesca mundial consume 13 mil millones de galones de combustible cada año solo para capturar y desembarcar peces: eso es más gasolina que la que utilizarían 22 millones de autos1. El uso de energía aumenta si incluimos el combustible utilizado para enviar el pescado a procesamiento y comercialización. Increíblemente, los cerdos y los pollos tienen un mayor impacto en la pesca que los mejores programas con más éxito de eco-certificación para promover la sostenibilidad ambiental en el área de la pesca. Es decir, simplemente reducir la cantidad de cerdo y pollo que consumes tiene más impacto positivo para los animales marinos que cualquier programa que busca el bienestar ambiental por medio de implementar prácticas de pesca eco-amigable. Si bien en la naturaleza los peces si se alimentan de otros peces, las aves de corral y los cerdos no lo hacen. Los humanos ya hemos vivido una crisis sanitaria ocasionada por alimentar animales con productos fuera de su naturaleza, hablamos específicamente de «el mal de las vacas locas» o encefalopatía espongiforme bovina2.